Pues bien, el suelo pélvico es el conjunto de músculos que sirven de apoyo y sostén al útero, vejiga e intestino grueso. Para que estos órganos realicen correctamente sus funciones, es necesario que los músculos del suelo pélvico mantengan el tono y la fuerza adecuados.
El suelo pélvico de hombre, mujeres y niños se encuentra cerrando el tronco, por delante finalizando el abdomen y por detrás finalizando la columna vertebral, es decir, es la parte final del tronco cerrándolo y a la vez albergando órganos pélvicos importantes para nuestra continencia tanto fecal como urinaria.
Estructuras que lo integran:
El suelo pélvico está conformado especialmente por músculos que a su vez son la cuna perfecta con los ligamentos y fascias que, por su capacidad de estirarse, permiten a los órganos pélvicos (vejiga, ampolla rectal y útero) cambiar de tamaño constantemente y tener una buena e ideal postura ya que éstos de anclan a una armazón semi rígida llamada pelvis ósea.
Sus funciones:
Las más importantes del suelo pélvico son:
- Mantener los órganos pélvicos en su lugar y postura.
- Permitir de manera voluntaria la salida de las heces fecales y la orina.
- Permitir el crecimiento.
- Permitir el paso del bebé en el alumbramiento.
- Dar sensibilidad sexual.
Está tan perfectamente diseñado que distribuye las presiones de manera uniforme para que no se presenten escapes indeseables en el momento de un cambio de postura, o una tos o simplemente al hacer ejercicio, es por eso que se debe ejercitar como cualquier otro grupo muscular, integrarlos en la rutina de entrenamiento para que se logre mantener esas funciones con el pasar de los años.
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